martes, 12 de febrero de 2008

"Silencio...quebranto".

"Silencio... quebranto".


Apago la luz de afuera; también apago ésta de adentro. Me voy apagando sola, incluso apago mi aliento. Fácil es olvidar mi nombre y olvidar dónde me encuentro. Todo se desvance, aclarando así éste dolor. Me dá el letargo en ésta sobredosis de luna. Las hebras de mi ser casi traslúcido son victimizadas otra vez por el sadismo del silencio.

Ya lloré. Ya lloré mucho, tanto que he quedado seca... al menos mientras dura la fantasía de éste instante. Me quemo en mi propio fuego, me consumo espontáneamente en el rigor de mi propia sangre.

Si ya no hay nada, ni miedo ( ni siquiera el ancestral miedo a la muerte) ¿por qué tiembla mi corazón? tiembla despavorido; no late, tiembla. Y yo, q apenas soy la sombra del silencio, no me resisto... no puedo, no quiero.

Queda en mi conciencia, en el más profundo de los pasillos de la indiferencia un único sonido lejano. Un sonido tan terrible que vence y aplaca mi cordura y me hace evidente la levedad de mi cuerpo y hace más grande el laberinto de mi mente. Y llega a mis oídos y se queda en mis huesos, una vez más: el llanto de una niña con el espíritu en franco quebranto... llora, llora desesperada.

Mi corazón tiembla... el quebranto es descomunal.El silencio se ensaña. La niña no para de llorar.



AtL.

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