viernes, 1 de febrero de 2008

Los armarios son para guadar ropa: no hay plazo q no se cumpla".

He aquí relato breve de un importante suceso en mi vida: hacerme visible.... o salir del armario, como lo prefieran.

Fué mi hermano mayor el primero de mi familia en saber mi preferencia sexual. No recuerdo bien la fecha exacta, pero fué durante las pasadas vacaciones de semana santa en que tuve a bien recibirlo a él y a su gentil familia en casa. En Orizaba, claro.

Habíamos empezado nuestro encuentro esa misma tarde al son de algunas cervezas. Yo me encontraba notablemente compungida... la dama que entonces yo tenía el placer de proclamar como mi pareja acababa de vivir la imaginablemente terrible experiencia de perder a su madre. Y yo, a la distancia, atada de manos y pies, sin poder estar a su lado. Aquella desolada impotencia en el corazón fué útil como impulsor de mi salidita del armario con mi querido hermano. Así pues, ya bastante entonada de copas y habiendo terminado con el "parque", mi hermano propuso ir a casa de un cuñado suyo que vive justamente en la misma unidad habitacional para ver si había "disponibilidad" para seguir la parranda. Yo, como el buen Joaquín: "nunca le hago gestos a la última copa, ni al próximo bar".

En algún punto de camino a casa de aquel pisteador amigo, mi hermano me dijo:

L: "Ya suéltalo, pinche gorda... qué te pasa? te veo mal... qué tienes???

Yo sólo lo miraba, con la boca abierta, con las palabras atoradas, desordenadas, que a punto estaban de desbordarse.

L: " Qué pedo??? qué tienes?? ... mira, si es por algo que yo haya dicho o hecho, no hay pedo, me voy a la casa de mi cuñada. Neta que no hay pedo, si te molesta que estemos en tu casa dime. Qué dije?? dime qué pedo...

Yo: - Sonriendo sorprendida- " Claro que noooo!!! Eso crées??? no manches carnalito, de cuando acá??? para nada...para nada... "

L:" Sí we... yo entiendo si ya estamos de más no hay pedo... pero dime qué pasa we!"

Yo: "No, no, no, no... neta que no. Mira, sí traigo un problema bien atorado, pero nada que ver con lo q me dices. Donde yo esté, mi casa es tu casa y eso no se cuestiona. Nunca vuelvas a pensar eso. Te quiero un chingo y me da mucho gusto estar contigo. Olvídate de eso. Me sorprendes, neta, con tremendo absurdo. Olvídate..."

L: "Ok carnala... ok. Entonces dime qué pedo??? Qué te tiene así??? Puedes decirme lo que sea..."

Yo, mirándolo cada vez con más gravedad... con las sílabas de aquellas palabras enmerañadas en mi cerebro, no pude decir nada.

L:" Pinche gordita... sabes que yo te quiero mucho. Te veo mal..."

Entonces, se me hizo un nudo en la garganta que si trataba de deshacer, seguramente sería abrir el grifo... así que me concreté a callar y seguir manejando.

Llegando a casa de su cuñado, nos percatamos de la rebambaramba que estaba sucediendo: música ruidosa, cerveza, gente... así que no tardamos en ponernos cómodos y decir una vez más: "salú!".

Pero como ya era más de media noche y el cuerpo resiste un poco menos que el alma, empecé a llorar (q raro!)... y mi hermanito me abrazó y me dijo suavemente:

L: "ya suéltalo, pinche gordita... sea lo que sea... dime qué tienes..."

Yo, al sentir su ternura consoladora, hice lo que me pasa siempre q estoy mal y me abrazan: llorar y llorar hasta terminar! Aunqu, parecía no terminar... lloré desesperada... lloré como no había llorado en mucho tiempo.

Y ahí, aferrada a mi pariente cercano, después de derramarme en su pecho y tratando con mucho esfuerzo de hablar.... por fin, simplemente lo decidí en un segundo... empecé:

Yo: " Te acuerdas....? te acuerdas que cuando tenía como 15 años tú me pregutaste, muy rudamente por cierto, que por qué no tenía novio... que si era lesbiana o qué...?"

Él puso cara de confusión... y luego sonriendo muy levemente dijo:

L:"En serio??? no... no me acuerdo..."

Yo:" Pues sip... y qué crées? seguramente que no es nada nuevo para tí... yo creo que tú ya lo habías sospechado antes..."

L:" qué?"

Yo: " Sí, eso... carajo! sí sabes..."

L:"No we... qué pedo???"

Yo: " Sí... pues eso que me preguntaste aquella ocasión..."

Silencio... silencio agobiador...

Yo: " Pues sí... sí soy..."

Más silencio...

Yo: " Que sí carajo! que soy lesbiana!"

L:" aaaaaay...! pinche gordaaaa...! Y eso era todo??? no maaaaanches... ya me habías espantado!!!"

Yo: "Cómo que todo??? no manches tú... el trabajo y el tiempo que me ha llevado decirlo!!!"

L: " Ay, cabrona! eso no es tan grave... no mames! ... eso no importa...

Y dicho eso y sin soltar ni un poco aquel abrazo, me dió un beso en la frente.

Entonces, qué créen q pasó??? Sí... volví a llorar y con más fuerza!!!

Desde esa noche, debo decir, qu tuve la dicha de recuperar aquella amistad y confianza que nos teníamos él y yo cuando éramos niños... ah sido una gran satisfacción que se ha traducido en fortaleza el saber que vivo incondicionalmente en el corazón de mi hermano. TE QUIERO MUCHO CHANGOLEON... GRACIAS!!!

La vida cambió... pude aceptarme como soy y decírselo a alguien importante en mi vida. Tener como verdadero su amor no ha sido todo. Sentir que ese amor se ha refrescado, renovado y hasta aumentado con sólo decirle quién soy. Me siento segura, amada, confiada... me siento bien!

Así que no les extrañará que empiece nombrándolo a él nuevamente, para empezar a hurgar el suceso en que salí y dije mi verdad a la mera mera de la casa M. F.

Resulta que regresaba de la hermosa y contaminada Cd. de México. Sip, la pasamos bien mi hermanito y yop. El primer día, clásico reconocimiento, unas kguamas y un Torres 20... Ah, como me gusta el brandy! Ya los vecinos estaban a punto de bajar el switch... quesque a ver si así dejábamos de cantar y los dejábamos dormir!!!... pero la pachanga no lo es todo.

Concluían las vacaciones de verano. El padre de mi hija armó un soberano "borlote" porque según él, la quería ver y no estaba a su alcance por culpa de mis "arrebatados viajes".

Así qu al no quedarme callada y responder que estaba en mi derecho de llevar a mi hija a cualquier lugar que no cuestionara su integridad, el susodicho señor terminó diciendome cosas no muy amables.

Y yo, sin soltar el teléfono, esbocé una sonrisa igual de sarcástica que el comentario q me hice a mi misma: "uuy...voy a llorar!"... seguido de un inevitable insulto que no solté, pero sí pensé: "imbécil!"

Me concreté pues, a mandarle un sms a mi madre para avisarle que "echara paja", porque regresaba de México pero no a casa de él... que me diera asilo. No estaba sorprendida... yo diría que ya lo esperaba así.

Apenas llegamos mi hija y yo a casa de mi madre. Mi hija se puso a jugar con su pequeña prima y yo me quedé a solas en la recámara de mi madre. Ella estaba recostada y yo sentada a su lado. Entonces mi madre, naturalmente, enojada, empezó a proferir algunas palabras notablemente enojada, aludiendo a la figura de mi exesposo, poniendo en entredicho su moralidad y falta de valores.

Yo, cansada de que me repitiera todo lo que yo misma sabía mejor q ella, le interrumpí... no sé por qué, pero en ese momento, otra vez salió a flote mi ahora amada lenchez, palpitando en mi cerebro como una sola idea que lo abarcaba todo... y sucedió:

Yo: "Basta, madre!... tú bien sabes que todo este asunto del divorcio ha sido idea mía y que no se me ocurrió de la noche a la mañana. Que ha sido causado por muchas razones, desde hace ya mucho tiempo...

Doña M: "Sí... pero él fué el infiel... no tú".

Pausa en mi mente: "sí... y no".



Continuará...












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